¿Qué suerte tiene Violeta verdad? Como nos gustaría a todos que también nos regalaran un beso todos los días... antes de desayunar. Pero ojo, hay que tener cuidado con estos besos, porque algunos pueden darse con tanta fuerza que se pueden escapar.
Eso es lo que ocurrió cierto día, que el beso que mamá dejó a Violeta fue tan fuerte que saltó de su mejilla a su nariz, luego a su cuello y después de besuquearla por todas partes, este travieso beso salió por la ventana y se dedicó a repartir sonrisas, felicidad, alegría y también a teñir de bellos colores aquello donde se posaba.
Un beso tan mágico, que era capaz de caer en una carta y convertirla en maravillosos versos de amor. Y tan dulce, que al caer en la masa de la panadera, ésta ofrecerá bollitos de pan con sabor a sueños recién hechos , ¿podría haber un sabor más dulce? difícil... porque solo un beso que una madre da a su hija puede ser así de intenso.