Si es la amarilla estás contento, alegre, quieres jugar y
todo de gusta.
Pero si es de color azul, te
sientes triste, pequeño y sólo tienes ganas de llorar y protestar.
La peor es la roja, porque no te
deja ver lo bueno de las cosas y de los demás. Te empuja a chillar y a
enfadarte por todo sin motivo.
El miedo es negro y te hace
temblar, sólo quieres esconderte.
Con el verde llega la tranquilidad,
te sientes en calma y feliz.
Y cuando es rosa…
Ahora te ríes, no lloras, dejas
tu enfado, no tienes miedo, estás tranquilo porque... ¡TE QUEREMOS!